A nivel mundial, la gran mayoría de las poblaciones marinas se encuentran sobreexplotadas, y Canarias no es un excepción. Por otra parte, las medidas tendentes a recuperarlas y hacer su explotación sostenible no han tenido el éxito deseado o sus efectos son demasiado lentos. Una pregunta clave es si esto se debe a que las tasas de captura no se han reducido lo suficiente, lo que ha erosionado la capacidad de resiliencia de las poblaciones. En Canarias la producción pesquera se ha ido reduciendo de manera progresiva, a pesar de las mejoras tecnológicas de las flotas, síntoma claro del agotamiento que están sufriendo los ecosistemas marinos por la sobrepesca. Sin embargo, muchos estudios indican que las poblaciones sometidas a niveles moderados de pesca se ven fortalecidas, ofreciendo la posibilidad de una rápida recuperación ante medidas adecuadas. En cambio, no hay certidumbre sobre los tiempos necesarios para recuperar aquellas que se encuentran en colapso, que suelen ser muy largos aún prohibiendo su captura, al tiempo que son más vulnerables a los cambios ambientales. La reducción oportuna y decisiva de los niveles de captura podrían mitigar esta incertidumbre y permitir un incremento de la productividad marina a medio o largo plazo. No obstante, los bajos niveles de biomasa que presentan actualmente algunas especies hacen poco probable alcanzar la recuperación.
